El pasado sábado tuvo lugar la ruta senderista en la que el grupo se adentró es la que es conocida por algunos círculos medioambientales como “la última selva europea”.
Como cada mes, contamos con la colaboración de José “Tato” que explica a través de las siguientes líneas la experiencia vivida por los socios senderistas en la última ruta de febrero:
Tras un desayuno espléndido en la venta Andrés, en la salida a Paterna y Puerto Real de la ruta del Toro, empezamos a caminar a las 10:20 h. Ya desde el comienzo, la sensación es de estar sumergido en una selva. Como de hecho se conoce en algunos círculos medioambientales a este sitio: la última selva europea.
La suave subida hacia el pico Aljibe, en cuya cima pasaremos de la provincia de Málaga a la de Cádiz, se hace agradable por lo llamativo del bosque, arroyos, cascadas, musgo, alcornoques gigantes, helechos, rododendros y todo en la mayor gama de verdes que se pueda uno imaginar.
A pesar de que, en el último tercio, tras cruzar una pista horizontal que nos brinda un pequeño descanso, la pendiente aumenta de forma considerable durante un breve trecho, lo suficiente para dejar a la mayoría resollando y sonrientes por tomar conciencia de sus propias capacidades.
Ya en la cima, a 1091 msnm., la panorámica queda algo reducida por un techo de nubes que tocamos con la cabeza. Pero aun así nos permite observar montañas, pueblos y embalses cercanos, además del increíble paso de numerosos buitres planeando a nuestra misma altura.
Iniciamos el tramo de cresteo siguiendo el murete que hace de linde separadora de las dos provincias y que nos llevará, siempre por la cuerda de la sierra (la línea imaginaria que une los puntos más altos), hasta el prominente cerro del Picacho, más bajo, pero más aislado y con paredes verticales de hasta 400 metros en su cara norte.
Llegando a la base de este, un grupo decidió no subir. El resto accedimos rápidamente a la cota máxima para hacernos la foto y bajar rápido ante el primer chaparrón del día, recoger al resto e iniciar el descenso hacia la carretera donde nos esperaba el autobús.
Al no haber podido hacer un alto para el bocata, decidimos acercarnos al área de servicio La Palmosa donde, en una de las ventas paramos a reponer fuerzas antes de que la búsqueda nos devolviera definitivamente a Sevilla, donde llegamos a las 19:30 h., aproximadamente.