Para nuestra socia, Rocío Sole, el nacimiento de su hija a la que llamó con su mismo nombre, fue una bendición que, con el paso de los años se fue convirtiendo en pesadilla. La pequeña que nació con parálisis nunca ha dejado de visitar los hospitales y nunca ha dejado de luchar, hasta hace tres semanas que nos dejó. Para esta socia luchadora y admirable dedicamos desde el Círculo Mercantil este sencillo homenaje y lo extendemos a todas las familias que están librando la batalla de duras enfermedades en su entorno.
"Cuando la pequeña Rocío nació fue una bendición para su madre, que con el paso de los primeros meses se fue convirtiendo en pesadilla. Siempre enferma, siempre de hospitales, siempre luchando. Su matrimonio se rompió y ella se puso el mundo por montera luchando por su hija y su hijo mayor. Y nunca les faltó nada.
En los últimos meses la pequeña cayó enferma y estuvo varias veces hospitalizada. Su madre seguía sonriendo, hablando a su hija con esa calma habitual, acariciándola, tocándola. Visitaba mucho las instalaciones para llevar a su hija a nadar con Jose, se le transformaba la cara cada vez que se metía en el agua, era feliz. Si luego pasaba por la Ludoteca y escuchaba música, Rocío movía la cabeza al ritmo. Nunca sabremos disfrutar de las pequeñas cosas tanto como ella.
El pasado 30 se septiembre de octubre se celebraba en Sevilla la carrera nocturna, el Ayuntamiento había cortado muchas calles que provocaron en hora punta un colapso total de tráfico. La ambulancia no llegó al hospital y Rocío madre no pudo estar con ella en ese último momento.
Rocío Sole es socia del Mercantil, una mujer admirable, que siempre es una ayuda para todo el mundo, que no hace ruido, no molesta, toda dulzura.
Rocío madre, Rocío guerrera, Rocío orgullo de sus amigas, Rocío sonrisa, Rocío bendita mujer".
Carta escrita por Carmen Guerra
Socia del Círculo Mercantil e Industrial y responsable de Ludoteca