La Banda Sinfónica Municipal de Sevilla nos visitará en la Sede Social del Círculo Mercantil, c/Sierpes 65, el próximo viernes 15 de mayo a las 20:30 horas.
Este concierto estará dividido en dos partes. La primera dedicada al compositor valenciano Fco. José Martínez Gallego (1969) con piezas de pasodobles y Fantasía para Trombón y Banda, entre otras; y la segunda dedicada al ilustre compositor sevillano Joaquín Turina (1882-1949) y su música de raíz nacionalista.
La entrada será libre hasta completar aforo.
Programa
1ª Parte
Jesús Duque (Pasodoble) | Fco. José Martínez Gallego |
El Príncipe Valiente* |
Fco. José Martínez Gallego |
El Agua Prodigiosa | Fco. José Martínez Gallego |
2ª Parte
La Oración del Torero | J. Turina /Domínguez |
La Procesión del Rocío | J. Turina /Domínguez |
Orgía (III mov. de las Danzas Fantásticas) |
J. Turina /Domínguez |
NOTAS AL PROGRAMA
La primera parte del concierto está dedicada al compositor valenciano Fco. José Martínez Gallego (1969), profesor superior de Clarinete y Composición. Su trabajo en el terreno de la composición ha merecido varios galardones, siendo el último el primer premio recibido del V Concurso de Composición ‘Vila de Muro 2015’ con la obra Miraculum.
La pieza que abre el concierto es el pasodoble ‘Jesús Duque’ (2011), que va dedicado al joven torero valenciano del mismo nombre. La composición fue un encargo de uno de sus subalternos y amigo del autor, de carácter completamente taurino y corte clásico, pero pensado, sobre todo, para su interpretación en concierto.
El ‘Príncipe Valiente’ es una Fantasía para Trombón y Banda de carácter descriptivo. Dividida en 3 movimientos, sin interrupción entre ellos, nos acerca a un entorno medieval, creado con armonía modal, que nos sitúa ante el propio Príncipe, la bella Princesa y una de tantas batallas que ‘Valiente’ disputó. El Trombón Solista encarna al protagonista de la historia.
La obra va dedicada a Juan Carlos Córdoba Murgui, trombonista y amigo del autor.
‘El Agua Prodigiosa’ nos lleva hasta la Edad Media para relatarnos las aventuras de Johan y Pirluit, dos personajes creados y dibujados por Pierre Culliford, alias "Peyo". Dos personajes cuya fama hoy en día no se corresponde con la que merecen, debido principalmente al nacimiento en sus páginas de unos seres pequeños y azules conocidos como los pitufos.
Johan es un joven inteligente, valiente y buen luchador con la espada. Es el principal protagonista de las historias. Pirluit es su compañero de aventuras. Tiene la cara de un niño travieso que ha crecido físicamente pero no en mentalidad. Siempre está hambriento y su afición hacia la música le lleva a componer rápidamente e interpretar con todo tipo de instrumentos las más terribles y desafinadas canciones, ante las que la gente huye como si se tratase del reverso del flautista de Hamelín.
En esta aventura, los protagonistas van en busca, en un remoto lugar, de una fuente de agua prodigiosa que ayude a los vecinos de un pueblo a vencer un embrujo que les ha dejado débiles, indefensos y sin fuerza de voluntad. Soldados del malvado señor, ogros, magos, serpientes, peligros y diversas situaciones, surgen en esta búsqueda que finalmente resuelven con éxito.
La estructura de la pieza, por su carácter descriptivo, obedece al desarrollo de esta aventura.
Valga de homenaje, esta obra, a estos dos simpáticos personajes olvidados para algunos y no conocidos por la gran mayoría.
La segunda parte del concierto está dedicada al ilustre compositor sevillano Joaquín Turina (1882-1949).
Su producción musical se inscribe plenamente en la llamada "generación de maestros", que incorporó a España a las corrientes estéticas de las músicas europeas de su época. Corrientes que se centraban en la Schola Cantorum, heredera de César Franck, y en el impresionismo. Turina supo recoger esas técnicas y ese ambiente del París de comienzos de siglo y adaptarlos a su personalidad de andaluz fino, sensitivo y apacible y así potenciar su música de raíz nacionalista.
‘La Oración del Torero’ (1925). Es una obra originalmente escrita para Cuarteto de Laúdes y dedicada a los hermanos Aguilar. Tras su éxito en esta versión Turina realizó su transcripción para cuarteto de cuerdas.
No se sabe si el compositor, influido por su padre pintor, pudo haber presenciado algún lienzo de temática taurina como La súplica de los toreros, del jerezano José Gallegos Arenosa (1859-1917) o La plegaria del torero, del gaditano Salvador Viniegra (1862-1915) cuando abordó, a fines de marzo del año 1925, la composición. Así nos cuenta el sevillano la génesis de su obra:
“Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, aquella plaza vieja, armónica y graciosa, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos. Allí, tras una puerta pequeñita, estaba la capilla, llena de unción, donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte. Se me ofreció entonces, en toda su plenitud, aquel contraste subjetivamente musical y expresivo de la algarabía lejana de la plaza, del público que esperaba la fiesta, con la unción de los que ante aquel altar, pobre y lleno de entrañable poesía, venían a rogar a Dios por su vida, acaso por su alma, por el dolor, por la ilusión y por la esperanza que acaso iban a dejar para siempre dentro de unos instantes, en aquel ruedo lleno de risas, de música y de sol".
‘La Procesión del Rocío’ es un poema sinfónico compuesto en 1912 y estrenado un año más tarde con gran éxito en Madrid, lo que le abrió las puertas para su retorno a España coincidiendo con el estallido de la Gran Guerra en 1914. La obra evoca una de las fiestas más conocidas de Andalucía. El autor consigue transmitirnos el ambiente festivo y devocional de la procesión, desde la alegría de sus danzas espontáneas al fervor religioso, utilizando una gran paleta orquestal de colores brillantes y fastuosos.
La última pieza del programa es el tercer movimiento de las ‘Danzas Fantásticas, Orgía’. (1919), cuya transcripción para banda realizara Ricardo Villa en 1930 y, posteriormente, también Julián Menéndez en 1947.
Dedicada a su mujer, compuso sus Danzas fantásticas, música para tres danzas, en las que explora diversos aspectos de la danza andaluza. Este tercer movimiento corresponde a una farruca andaluza, con adornos y dibujos flamencos, falsetas de guitarra, lindando ya con el tipo gitano y los jipíos del cante jondo.
Como comentario a cada una, Turina describió con un breve texto del poeta José Más la intención que tenía para cada una de ellas. En el caso de la pieza del programa de hoy fue el siguiente texto: El perfume de las flores, mezclado con la fragancia de la manzanilla y el aroma de un vino espléndido, era como un incienso que inspiraba al gozo.