La Pasarela ‘Aires Diferentes’ rindió este sábado un homenaje a la historia del traje más típico mezclado con las últimas tendencias en un patio de Sierpes lleno de público.
El pasado, la evolución del traje de flamenca y las últimas propuestas que se verán en el Real se mezclaron el sábado en el patio de la calle Sierpes del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla para rendir homenaje al 150 Aniversario de la entidad y evocar lo que ha supuesto la indumentaria más típica para la mujer sevillana.
Más de 200 personas ocupaban los asientos colocados para presenciar la pasarela ‘Aires Diferentes’, que cumplía su tercera edición con un cartel que contó con los complementos de Pastalina, firma organizadora del evento, que aportó el estilismo y toda la ornamentación y abalorios a las colecciones de Vanesa Castillo, Asen Aranda y Carmen Serrano Guzmán Marichica. Las modelos pasaron cerca de 40 trajes diferentes, que sorprendieron por su originalidad y calidad. Se trata de diseños que pueden ser llevados tanto a la Feria como al Rocío por mujeres de todas las edades, e incluso por personas con movilidad reducida, pues algunos de ellos no tienen cremalleras y cuentan con telas muy flexibles, por lo que son muy fáciles de llevar.
El desfile era de entrada libre por invitación, y se vendían papeletas para acceder al sorteo de complementos, cuya recaudación ha estado destinada al Hogar de Nazaret y a la importante labor social que realizan todo el año atendiendo a niños y en situación de riesgo ofreciéndoles un hogar con un ambiente lo más parecido a una familia.
En lo que respecta a los diseñadores, cabe destacar que Pastalina lleva más de una década elaborando complementos para sus clientes y las mejores pasarelas flamencas;
Vanesa Castillo este año ha desfilado en los noveles de WeLove Flamenco, en la Pasarela de Jerez y en Huelva; Asen Aranda ha llevado su colección de licra y Swarowski este año a SIMOF, y Carmen Serrano Guzmán Marichica también ha desfilado en los noveles de WeLove Flamenco, en Almonte y en distintas pasarelas.
INNOVACIÓN
La colección presentada el pasado sábado destacó por sus propuestas innovadoras, al estar realizados sus trajes con tejidos y complementos poco habituales en el mundo de las sevillanas, como la licra, el neopreno, pedrerías, cristal de Swarovski, piezas desmotables, flores teñidas, complementos poco convencionales, etc.
Este planteamiento innovador se dio la mano con el pasado del traje de flamenca en el año en el que el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla cumple su 150 Aniversario. Durante el acto se recordó que la caseta del CMIS, de la que este año toma imagen la Portada de la Feria, fue pionera en la Feria de Sevilla. Por aquellas fechas, en plena revolución de La Gloriosa, el elemento más importante entre quienes acudían a la Feria era el polisón, que era una especie de pequeña estructura metálica, parecida al miriñaque, que se colocaba en la parte trasera de su cuerpo para realzar su figura. Con él se vestían las señoras que iban a las casetas, al atardecer generalmente, aunque también lo hacían por la mañana. Ya entonces había casetas de círculos y en ellas se ofrecían bailes por la noche. La señora de esa clase levaba un polisón, Esa estructura estilizaba la silueta, algo que desde aquellas fechas ya era lo más importante para el concepto de belleza femenina. A lo largo del desfile se recordó que de ropa interior llevaban una blusa muy fina de tirantas, unos pantalones de algodón también muy fino y el corsé ajustado, y a la vista mostraban un vestido completo, o una falda y un canesú con una chaqueta.
Se recordó que hace un siglo y medio no existía el traje de flamenca tal y como lo entendemos ahora. Las clases más modestas, como las gitanas, iban a la Feria como iban por la calle durante el resto del año, con sus trajes con delantales de colores, de lunares amarillos y rojos con pañoletas en el cuello. Eran sus trajes de diario, no de fiesta. Tenían por costumbre ir con el pelo recogido, con una flor y con bisutería de gran tamaño. Les gustaba adornarse con muchas pulseras. Y de esa forma de vestirse las gitanas es de donde viene la moda que renovamos cada año. Y viene precisamente de esas gitanas que trabajaban en la feria vendiendo buñuelos principalmente.
El traje de flamenca es una herencia del que llevaban las clases populares, aunque hay elementos que se mezclan con los de las señoras de los círculos, que seguían la moda de París: en el polisón lucía dos volantes en la parte delantera con encaje, algo no podían llevar las gitanas porque el elevado coste final de los trajes. Y son precisamente esos volantes de encaje los que han perdurado hasta hoy en el traje de flamenca, que como tal no empieza a existir hasta el siglo XX.
Entre aquellos orígenes y la moda actual ha habido muchos cambios, muchas transformaciones y una innovación que se ha renovado cada temporada. Haciendo honor a aquellos trajes y a aquellas señoras de las que venimos se ha celebrado ‘Aires Diferentes’, una pasarela que ha buscado innovar a ritmo de neopreno, licra, complementos con procesos innovadores y tejidos poco habituales que ha demostrado que la Tradición no tiene por qué estar reñida con la Modernidad.