El escultor volvía a la sede del Mercantil tras seis años para presentar «La piel de Dios», una exposición didáctica con la que pretendía ilustrar en el mismo patio de Sierpes la fase del policromado en piezas previamente esculpidas.
Durante su etapa formativa, Ángel Luis Tejera, ejerció de discípulo en el taller de Manuel Ramos Corona de quien aprendió mucho en técnicas de policromía y en secretos del arte de la imaginería.
Fue en 2014, cuando este escultor sevillano deleitó a los visitantes de aquel Círculo de Pasión del Mercantil con una recreación de su taller, acercando los detalles de la materialización de una obra y convirtiendo a la madera en el material estrella. Este 2020, regresaba al mismo patio en el que un día tuvo la oportunidad de darse a conocer, para instalar de nuevo un espacio de trabajo efímero en el que poder mostrar el proceso del policromado. Una visita que ha tenido que ser aplazada como bien sabemos todos.
“La Semana Santa del 2020 la vivimos con resignación en casa, de una forma más espiritual y rezando mucho por todos”. Así, el escultor reconoce que la Semana Santa trasciende, y mucho, en los hogares. Sigue viviendo sus tradiciones particulares para sobrellevar esta impuesta forma de vivir la festividad, “con incienso y recordando en imágenes la Semana Santa de años anteriores”.
En cuanto a su trabajo, este artesano sacro da muestras de su compromiso con la escultura y su gran y laboriosa disciplina de trabajo. “Me anticipé y algunas obras las he entregado; otras están en fase ya de terminación, y lo que he podido me lo he traído a casa”, explica. Entre las piezas ya finalizadas y preparadas para ser expuestas en esta exposición se encontraban un San Juan Evangelista y una María Magdalena de la Agrupación Parroquial del Santísimo Cristo de la Paz y Nuestra Señora de Misericordia establecida en la Parroquia de San Luis y San Fernando, de Rochelambert, corporación que procesiona el Viernes de Dolores.
La exposición y taller en directo estaba preparado para presentar piezas y ejemplos de distintas fases de la policromía, como una base en estuco (“lienzo sobre el que pintar”); un busto con imprimación (“una finísima capa muy diluida de óleo”); “la encarnadura con los frescores que son los tonos de color principales,” y una pieza preparada para que el artista estuviese policromando durante los tres días y que los visitantes pudieran admirar este trabajo en vivo.
Dejando atrás su faceta artística y profesional, y anteponiendo la salud y el cuidado de los demás, Ángel Luis Tejera reconoce que son días de melancolía “pero hay que mantener la esperanza y ánimo para todos los enfermos y afectados por el coronavirus, en especial a los cofrades que estos días estarán viviendo la estación de penitencia más difícil de sus vidas”.