El fundador y alma máter de la Asociación Paz y Bien recibió este premio por su compromiso incesante a favor de las personas con discapacidad intelectual y grupos de exclusión social y por inspirar a la sociedad a través de sus actos.
El salón de actos del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla ha sido el escenario elegido por la Hermandad de Caballeros de la Orden de los Santos Inocentes (HECOSI) para proceder a entregar la novena edición del PREMIO HECOSI. Un premio otorgado anualmente a personas e iniciativas en las que brillan los más elevados valores de la naturaleza humana.
El homenajeado en esta ocasión fue el religioso capuchino Fray Rafael Pozo Bascón, fundador de la asociación Paz y Bien que lleva 43 años dedicada a la integración, defensa y promoción de los intereses de las personas con discapacidad intelectual o en situación de exclusión social.
El acto, presidido por Fernando Rodríguez Galisteo, vicepresidente del Círculo Mercantil quien dio la bienvenida a los asistentes, contó con la participación del notario de la hermandad, José Carlos Cuerda; el proponente del homenajeado, miembro de HECOSI, Francisco Serrano y Jesús Gavira, autor de la escultura en bronce que, desde el pasado año, se entrega como premio.
"Hoy tendremos la oportunidad de escuchar un testimonio puro de amor con mayúsculas", tal como dijo el notario de HECOSI en su intervención. "Amar a un ser humano es la capacidad de aceptarlo verdaderamente. Independientemente de nuestra capacidades e incapacidades", tal y como ha hecho el premiado a lo largo de su vida.
Fray Rafael Pozo (81 años) se hizo fraile en 1965 y en 1969 se ordenó como sacerdote. Poco después se fue a Guatemala "donde se hizo a sí mismo ayudando a los más necesitados" y al regresar a España, aterrizó en Sevilla tras pasar por su localidad natal, Puente Genial. "Un gran político, empresario, sacerdote, fraile, pero por encima de todo, bueno", como expresó en sus palabras Francisco Serrano. " Una persona con carisma, que está en la actualidad, que sabe recoger el mensaje de Cristo y lo lleva al día a día. Y una persona en la que se reflejan las ocho bienaventuranzas", como así fue desglosando en sus palabras.
El fundador de Paz y Bien, agradeció con un mensaje muy emotivo la distinción de HECOSI recordando cómo surgió su creación de la asociación, que presta servicios a más de 720 personas –distribuidas en 36 centros ubicados en Sevilla, Huelva y Quezaltepeque (Guatemala) con la ayuda de 310 profesionales y más de 100 personas voluntarias.
"Al llegar a España de Guatemala, me dediqué a la revista de los capuchinos y un día llegó una carta titulada 'Nuestro gran dolor, ¿qué será de nuestros hijos cuando faltemos?'. Así surgió Paz y Bien", recordaba Fray Rafael. " La persona con discapacidad es capaz de convivir, de trabajar y en estos 40 y tantos años lo hemos conseguido". Todo ello lo trasladaba al público asistente acompañado de dos integrantes de la asociación, que son el vivo ejemplo de su acción durante estas cuatro décadas, Miguel y Esperanza. "Miguel era un simple marinero que estuvo a la deriva y naufragó 4 días en una tabla y Esperanza se encontraba sola en su pueblo. Los dos entraron en nuestra asociación, los acompañamos, les dimos el cariño que necesitaba, creímos en ellos y Miguel cuenta con contrato desde 1983", explicaba. "Nuestro socio mayoritario fue Dios, el que nunca nos ha faltado", reconoció.
La Asociación Paz y Bien nació en Sevilla en 1979 como una entidad privada, sin ánimo de lucro para ayudar a personas con discapacidad intelectual. Desde 1998 también atiende a menores en situación de desamparo y adolescentes con dificultades de inserción socio-laboral, y, en 2007, como Organización No Gubernamental para el Desarrollo, inició su actividad en Guatemala (Departamento de Chiquimula), donde atiende a menores con discapacidad y desnutrición y a sus familias. Su objetivo es ofrecer un servicio de calidad y responder a las necesidades y expectativas vitales de las personas usuarias.