Nuestra socia Carmen Ortiz Mellet, catedrática de la Facultad de Química de Sevilla y actualmente directora del Departamento de Química Orgánica de la Facultad, ha participado recientemente junto con un equipo de profesionales científicos en un estudio encaminado al desarrollo de una vacuna contra el cáncer.
El Círculo Mercantil es una entidad social, cultural y deportiva que cuenta con una masa social de más de 3000 familias. Entre todos los socios hay perfiles muy diversos y muchos de ellos han desarrollado sus carreras profesionales con un alto grado de excelencia, llegando a tener una importante influencia en nuestra sociedad.
Podríamos decir que este es el caso de Carmen Ortiz Mellet, socia del Círculo Mercantil y participante activa de las actividades deportivas y culturales que el club propone.
Recientemente y gracias a diversos artículos publicados en la prensa, hemos podido conocer su implicación en un estudio encaminado al desarrollo de una vacuna contra el cáncer. Un proyecto que como nos cuenta “ha sido posible gracias al trabajo coordinado de varios grupos de investigación tanto nacionales como extranjeros entre los que se encuentran, además de la Universidad de Sevilla, las Universidades de la Rioja, Zaragoza, Cambridge (Reino Unido), Hokkaido (Japón) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)”.
Desde el Círculo Mercantil no queríamos pasar por alto este interesante hallazgo y más aún tratándose de una socia quien ha participado de forma activa en el estudio. Por este motivo, hemos querido felicitar a nuestra socia y aprovechar esta ocasión para dar a conocer tanto su estudio como su desarrollo y posible aplicación en el futuro.
Un tema de rigurosa actualidad debido a la pandemia de la Covid-19 y que guarda una estrecha relación con la investigación desarrollada. “De hecho, tenemos una colaboración muy activa con la empresa BIONTECH, la distribuidora con Pfizer de la primera vacuna aprobada que ya se está utilizando en Reino Unido y Estados Unidos”, nos explica Carmen.
Antes que nada, nos gustaría desde la entidad felicitarte por tu investigación. ¿Cuál es tu relación con el club y de qué manera lo frecuentas?
He disfrutado del Círculo Mercantil desde hace muchos años ya que mis padres eran socios desde que yo era una niña. Mis hijos también han aprovechado mucho las instalaciones llegando a formar parte, por ejemplo, del equipo de baloncesto o practicando natación. En los últimos años, he participado intensamente en actividades deportivas, sobre todo en las clases dirigidas de las instalaciones deportivas, y de las salidas de senderismo guiadas con tanta profesionalidad por José Gutiérrez, “Tato”. Estoy deseando que la situación se normalice para poder retomar esas salidas. También soy asidua de las exposiciones culturales que se organizan en Sierpes.
También formas parte de la Coral de la entidad, dirigida por Remedios Andrada.
Es verdad, aunque siempre he tenido inquietudes musicales nunca había podido dedicarle suficiente atención por falta de tiempo. El proyecto de la Coral Polifónica del Mercantil, dirigida por Remedios Andrada, me ha dado la oportunidad de disfrutar de esta afición. Remedios es una gran profesional y nos enseña mucho a todos. Además, la Coral me ha permitido conocer a un grupo de personas fantásticas que formamos un grupo de amigos.
Eres catedrática de la Facultad de Química de Sevilla con un alto perfil investigador que se demuestra en tus continuas publicaciones científicas de alto nivel.
Sí, ahora también soy directora del Departamento de Química Orgánica de la Facultad. Durante toda mi carrera profesional he combinado las facetas como profesora y como investigadora. Me encanta la docencia y también la divulgación de la Ciencia. Por otra parte, soy investigadora responsable de un grupo cuyos objetivos se centran en el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades como el cáncer o los problemas neurodegenerativos. Tengo especial sensibilidad por los pacientes con enfermedades poco frecuentes (enfermedades raras) para las que no existe aún un tratamiento eficaz y en las que la inversión privada es menor.
Iminoazúcares, ciclodextrinas, glicosidasas, tu trabajo está lleno de palabras que pueden resultar desconocidas para nuestros socios no expertos en la materia…
La mayoría de las personas asocia los carbohidratos o azúcares únicamente con la alimentación, pero se trata de biomoléculas esenciales para la vida, al mismo nivel que las proteínas o los ácidos nucleicos de nuestros genes. Muchas patologías humanas están relacionadas con procesos que implican carbohidratos. Aunque la más conocida es la diabetes, hay otras bastante conocidas y frecuentes como la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson o, incluso, el cáncer. Una parte importante de nuestra investigación consiste en tratar de reparar estos procesos patológicos mediante compuestos que imitan a los carbohidratos naturales implicados. Los iminoazúcares son justamente esto: análogos de azúcares que pueden interactuar con las enzimas que procesan los carbohidratos y cuyo mal funcionamiento es responsable de muchas enfermedades, las glicosidasas. Por otra parte, las ciclodextrinas, son una clase particular de carbohidratos capaces de transportar fármacos y mejorar sus propiedades. De hecho, si comprobamos la composición, hay muchos medicamentos que contienen ciclodextrinas en su formulación. Nosotros hemos adaptado las ciclodextrinas para que puedan transportar ácidos nucleicos (ADN y ARN). Este tema es de una gran actualidad como puede comprobarse en las noticias diarias; las vacunas existentes contra la Covid 19 se basan justamente en ADN o ARN mensajero y necesitan de un transportador. De hecho, tenemos una colaboración muy activa con la empresa BIONTECH, la distribuidora con Pfizer de la primera vacuna aprobada que ya se está utilizando en Reino Unido y Estados Unidos.
Y ya más específicamente y en breves palabras, ¿en qué ha consistido este último estudio publicado en la prestigiosa revista Chemical Science?
En las células de los pacientes con cáncer los carbohidratos presentes son diferentes a los que se expresan en individuos sanos. Nuestro sistema inmune es capaz de reconocer esta diferencia y de producir anticuerpos contra las células tumorales, pero éstos no son suficientemente potentes como para eliminar el tumor. Nuestra hipótesis de trabajo fue que utilizando análogos de carbohidratos (iminoazúcares) formando parte de estructuras glicoprotéicas concretas podríamos amplificar la respuesta inmune y preparar una vacuna contra el cáncer. Los resultados preliminares en ratones, que se recogen en la publicación en Chemical Science apoyan esta idea, aunque queda aún mucho trabajo para establecer su aplicabilidad en humanos.
Muchas veces no somos conscientes de cuánto trabajo hay detrás de una publicación científica o cuánto se tarda en obtener resultados de una investigación ¿Podrías decirnos cuántos años aproximadamente consideras que han pasado desde que comenzaste a trabajar en esto hasta la definitiva publicación este año?
Comenzamos a trabajar en el campo de análogos de carbohidratos hace ya más de veinte años y, en concreto, en estos estudios encaminados al desarrollo de una vacuna contra el cáncer, hará unos cinco años. Por supuesto tuvimos que poner a punto la preparación de las moléculas adecuadas y llevar a cabo estudios antes de probar su eficacia y antes de formular el prototipo de la vacuna.
Una de las palabras que más nos ha llamado la atención en este reciente trabajo es el antígeno Tn, ¿podrías explicarnos qué es y cuál es su interés?
Como comentaba anteriormente, en las células de los enfermos de cáncer y en concreto unidos a sus proteínas, se expresan carbohidratos diferentes a los de las células sanas que son capaces de promover la formación de anticuerpos. Se denominan antígenos de carbohidratos asociados a tumores. El antígeno Tn es uno de estos antígenos y está presente en casi todos los tumores. Por este motivo nos centramos en su estructura para el diseño de una vacuna dirigida contra este antígeno.
Una vez se ha producido este hallazgo, ¿cuál debería ser el siguiente paso para que pudiera desarrollarse realmente una vacuna contra el cáncer?
La vacuna que hemos publicado es un primer prototipo y habría que producirla en cantidad suficiente para realizar ensayos en un número mayor de animales, optimizarla y realizar, posteriormente, ensayos clínicos. Este camino es largo y requiere de una financiación muy importante, por ejemplo, de una compañía farmacéutica potente.
Como científica, ¿cuál es tu opinión sobre la Covid-19 y sobre el posible futuro de esta pandemia?
La Covid 19 representa un desafío considerable para los científicos. Nunca se habían dedicado tantos recurso humanos y económicos a encontrar una vacuna para una infección vírica. Por primera vez, se están aprobando vacunas basada en ácidos nucleicos y esto va a suponer, sin duda, una revolución para la Medicina. Esperemos que pronto pueda distribuirse en nuestro país y podamos recuperar la vida normal.