En esta obra encontramos representados los arquetipos del último periodo de la pintura de Camacho, en ella se entremezclan sus elementos claves, el bodegón que domina los primeros términos, con los planos de fondo constituido por un paisaje imaginario que convergen en una puesta de sol, cuyo cálido cromatismo, influye en el colorido general de la obra armonizando el conjunto. Su contundente composición en aspa determina claramente el peso de la composición en la diagonal inferior; concretamente, en los limones, elementos a los que debe la denominación la obra y, que se constituyen, en el eje vertebrador sobre el cual giran los demás componentes sabiamente dispuestos de los planos inferiores. Elequilibrado juego de luces contribuyen a determinar el claroscuro de los objetos, conformando su volumen y aportando una gama cromática viva y luminosa que contrasta con los tonos cálidos y tenues del celaje y del paisaje; aumentando de esta forma tan sutil, la profundidad y serenidad que emana esta pieza. A nivel plástico, el pintor sigue apostando en este cuadro por reproducir al máximo las texturas superficiales de los objetos mediante los recursos pictóricos que domina a la perfección y que tanto lo caracterizan: el fundido de la pintura, resuelto mediante toques de color y planos cromáticos y, las veladuras, con las que obtiene el modelado y la tridimensionalidad.