El grupo de senderistas del Mercantil disfrutó el pasado sábado de una ruta inmersa en una intrincada selva cuajada de todo tipo de flores, donde el agua estuvo muy presente durante todo el recorrido.
La ruta que tuvo que ser modificada “in extremis” debido al cierre perimetral de Cazalla de la Sierra, llevó a los senderistas hasta la Fábrica de El Pedroso por un bosque de ribera que proporcionó sombra casi todo el tiempo por la margen izquierda del río y volviendo por la orilla contraria.
Nuestro guía Tato nos cuenta cómo fue la experiencia de esta segunda ruta de 2021.
“La salida prevista para las 8:00 a.m., con Juan Carlos al volante del bus de Barrero, es puntual. Los 30 del grupo completo estamos a tiempo. Desayunamos, como el mes pasado, en la venta Álamo llegando a Lora del Río. El conductor prefiere subir por Constantina que, aun siendo un poco más largo, tiene bastantes menos curvas.
A las 10:30 h. comenzamos a caminar desde la estación de tren de El Pedroso. Un cruce de las vías y dos de la carretera que lleva a Cazalla son los puntos para extremar precauciones que se solventan sin mayor problema.
Un reciente camino bien señalizado y paralelo al asfalto nos lleva en 3 kilómetros a un área recreativa con mesas de merendero, aparcamiento, y senderos peatonales por los que pasear junto al río con fresca sombra.
Aquí hubo que indicar a una asistente a la ruta que sería mejor que no continuara dada la dificultad para caminar que mostraba en estos primeros kilómetros.
Desde el área recreativa, una vez cruzado el puente de piedras sobre el cauce, tomamos el estrecho sendero que sigue la orilla izquierda ya sin interrupciones hasta Fábrica del Pedroso, casi 4 kilómetros más allá.
Por el camino, vamos haciendo fotos de rincones donde el agua forma pequeña cascadas, tronco de árboles caídos, setas, y sobre todo flores. De todos los colores, tamaños y formas. Estamos inmersos durante todo el trayecto de una intrincada selva cuajada de flores: margaritas, viboreras, borrajas, jaras, arenarias, calas... Muchísimos tipos que, con la ayuda de Álvaro, entusiasta estudiante de biología, vamos intentando identificar.
El bosque de ribera nos proporciona sombra casi todo el tiempo pero, aun así, se va notando el calor, que sin ser agobiante, obliga a ir buscando gorras, pañuelos y algún sombrero que otro.
Terminamos el camino de ida frente a las ruinas de los edificios de la antigua Fábrica de El Pedroso, instalación siderúrgica que daba salida al producto de varias de las minas de esta zona de Sierra Morena, como la de “El Cerro del Hierro”, y que estuvo en funcionamiento desde el siglo XIX hasta 1968.
Retrocedemos por el mismo camino hasta una alta pasarela que cruza el río, pero que está inutilizada por haberle sido retirada la escalera de acceso de nuestro lado. Allí haremos la parada del bocadillo. Y, de paso, atravesaremos la corriente para volver por la otra orilla. Los senderistas, de dos en dos y botas en mano, se meten en el agua para pasar y subir al sendero que nos llevará finalmente hasta el área recreativa.
Allí llamamos al conductor que nos recoge y, con parada para el café incluida, nos deja en la puerta del Mercantil sobre las 17:30 h.”.