Tras más de un año sin rutas, el pasado sábado la sección de senderismo retomó su actividad con un sendero de 10 km. por el Rebollar y las Cascadas del Martinete.
Los socios del Mercantil tenían ganas de recuperar esta bonita actividad que desde hace algunos años se venía realizando en el club de forma mensual, y que debido a la declaración del estado de Alarma había tenido que ser suspendida. Y así quedó demostrado en el éxito de esta primera ruta post-covid, guiada como venía siendo habitual por nuestro coordinador de la actividad, Tato, que nos cuenta cómo fue la experiencia:
“Con precaución por parte de la entidad a la hora del traslado en bus salimos como iba siendo habitual de la puerta del Mercantil, en el vehículo de la compañía Barrero que nos llevó hasta el mismo aparcamiento del centro de visitantes del monumento natural de las Minas del Cerro del Hierro.
Por el camino desayunamos en la venta Álamo poco antes de Lora del Río.
Una vez en nuestro destino y encontrados los socios que venían en coches particulares, ocho en total, dimos comienzo a un sendero circular que rodea el llamativo cerro atravesando un cuidado bosque de roble rebollo (Quercus pyrenaica), siguiendo una cómoda red de pistas, pero en las que resulta fácil desorientarse al no iniciado.
Tuvimos la suerte de poder observar el campo en todo su esplendor primaveral. Flores de jara pringosa, jara blanca, jaguarzos, tomillo, romero, cantueso, y muchas otras, amén de líquenes y musgos cubriendo las zonas más frondosas.
En especial llamó la atención encontrarnos en un tramo concreto con el suelo alfombrado de la preciosa peonía o rosa de Alejandría (Paeonia Officinalis), que solo florece en una o dos semanas muy concretas del año.
Igualmente llamativo fue el encuentro con un pequeño alacrán que nos salió al paso haciendo las delicias de los fotógrafos.
La ruta en sí fue corta, unos 9 kilómetros, y acabamos a buena hora en los merenderos del centro de visitantes. Tras reponer fuerzas bocadillos mediante nos acercamos a San Nicolás del Puerto a tomar café junto a la playa fluvial, donde algunos propusieron que nos acercáramos a otro monumento natural cercano: Las cascadas del Martinete, a solo 2 kilómetros. Resultó todo un acierto y, si bien no tenían todo el caudal de invierno, lucían increíbles.
Ya, tras la vuelta al autobús, descansamos durante el viaje. A las 18.30 horas estábamos en el Mercantil.”.